Lunes, 26 de octubre de 2020

Lunes, 26 de octubre de 2020

  • Empezamos con una canción:
    TESTIGOS DE LA VERDAD
  • Escuchamos la Palabra de Dios:
    Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4,32–5,8)
    Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo. Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor. Por otra parte, de inmoralidad, indecencia o afán de dinero, ni hablar; es impropio de santos. Y nada de chabacanerías, estupideces o frases de doble sentido; todo eso está fuera de sitio. Lo vuestro es alabar a Dios. Meteos bien esto en la cabeza: nadie que se da a la inmoralidad, a la indecencia o al afán de dinero, que es una idolatría, tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios. Que nadie os engañe con argumentos especiosos; estas cosas son las que atraen el castigo de Dios sobre los rebeldes. No tengáis parte con ellos; porque en otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la luz.
  • Tiempo de silencio, oración y reflexión.
  • Oración:
    TESTIGO (José María Rodríguez Olaizola)
    Si te atacan, déjame ser
    testigo de la defensa.
    Quiero gritar al mundo
    nuestra amistad
    y tu Justicia,
    aunque demasiadas veces
    te he fallado.
    Intentaré,
    esta vez,
    soltar la piedra
    y escribir, en la arena
    palabras de amor,
    como Tú me enseñaste.
    Déjame mostrar el barro
    que tú vuelves tesoro
    si te dejo ser
    alfarero de mis días.

    Contaré las historias
    que aprendí de Ti.
    Expondré tu lógica
    que trastoca protocolos
    Y aunque mi palabra
    sea solo balbuceo,
    basta un eco de tu voz
    para despertar, en otros,
    nostalgias de infinito.
    Sé que Tú no necesitas
    mi defensa,
    pues tu evangelio
    ya venció.

    Soy yo, que necesito
    ser más discípulo,
    aprendiendo, de Ti,
    a hacer de la vida
    hogar y fiesta.

    Que quien me escuche, Te oiga
    y quien me busque, Te halle.
    Que quien me encuentre Te abrace,
    Y quien me mire, Te vea.
  • De las cartas de San José de Calasanz
    No era mi intención saber lo que pretenden asignar de limosna, ni el modo en que la harían, pues me mueve más la caridad y el provecho que se pueda hacer en el prójimo que el interés temporal.
    (Al Sr. Capitán Francisco María Mastellari, Roma, 26 de octubre de 1641)

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